martes, 13 de septiembre de 2011

Love is in the air...


El amor, es el afecto más puro y sincero que se puede entregar a otra persona, es compartir tu vida y tus momentos, tanto tristes como alegres, con quién tú has elegido.
A simple vista es muy bonito, él te llama, esta pendiente de ti, te cuida si estás mala, y los más románticos te mandan flores, en definitiva es como si tuvieras un ángel guardián.
¿Cómo algo a simple vista sencillo, puede llegar a ser tan complejo?
Por que el amor no es un cuento de hadas, en las que el príncipe azul y la princesa acaban comiendo juntos las perdices. El amor necesita ser alimentarlo continuamente por que si no aparecen los problemas o se acaba.
Cuando aparecen los problemas, es sorprendente ver como algo que era fácil de solucionar se puede transformar en un grano de arena que no tiene vuelta atrás.
Lo mas fácil de sobrellevar cuando llegan esos problemillas son esas pequeñas riñas que son seguidas por las grandes reconciliaciones. Sin esas “peleillas” no sabríamos hasta que punto es para nosotros importante la otra persona o lo mucho que le queremos.

Entonces, ¿Cuáles son los verdaderos problemas?
Son los celos y la desconfianza entre otros, que aparecen cuando se acaban los detalles. Esos, que por simples que parezcan a nosotras nos encantan.
¿Acaso se les acaba el romanticismo? O es que, ¿se cansan de la rutina?
Pasan de las llamadas de todos los días, las típicas llamadas que en las películas aparecen con la frase “cuelga tú primero”, dejan de venir a verte cada día y llega un momento en el que apenas sabes de él.
Te dicen “no puedo quedar por que tengo….(cualquier excusa)” , ahí es cuando nuestra mente entra en juego y empieza a fantasear con “esta con otra, sí, lo sé, lo noto” y es que somos así, pasamos de la felicidad total al “rayamiento” o “emparanollamiento” nos hace imaginarnos cosas raras, cuando a lo mejor en realidad son solo eso “imaginaciones”. Pero tú, aunque sabes que son tus propias paranoias, tienes una mosca detrás de la oreja que te dice “no te ha llamado por que pasa de ti”, “no queda contigo por que no le apetece verte”. Y luego cuando a la mañana siguiente le ves llegar con su bonita sonrisa y te besa, se alejan esas moscas y finalmente piensas “me quiere que tonta he sido”. (En otros casos, quizás llevaran razón las moscas, pero en este pensemos que el chico es fiel y que simplemente nuestra imaginación nos juega malas pasadas).

También hay quien rehúye del amor, la típica persona que dice “no creo en él”.
Estas personas en algún momento de su vida, han tenido una mala experiencia y se crean muros en su corazón incapaces de destruirse. Tienen miedo de volver a sufrir o de que les vuelvan a dejar. No buscan un compromiso a largo plazo y mucho menos quieren enamorarse. Sólo quieren diversiones de una noche, por que piensan que así están a salvo de caer rendida ante las flechas de cupido.
Sin embargo, por muchos muros o espinas que se formen alrededor del corazón, cuando llega esa persona que da su vida por nosotros, en ese momento, desaparece la coraza, por que al fin y al cabo el amor no se puede controlar, no puedes decidir de quien te enamoras o de quien no. Son impulsos involuntarios.

Puede que el amor no siempre sea bueno, pero sin él no seriamos personas, y lo que nos diferencia de las maquinas, es que nosotros tenemos la capacidad de poder sentir.