jueves, 26 de enero de 2012

Querido tu

Hace un tiempo que esto empezó a rodar como una verdadera noria, sin poder pararlo, porque no encontramos el freno o quizás no quisimos encontrarlo. Pero aquí estamos de nuevo, sentados en la puerta de cualquier local o en la terraza de cualquier bloque de apartamentos, como casi siempre fumándonos el ultimo cigarro de la cajetilla de tabaco, sabiendo que sera uno de los pocos momentos que estemos realmente solos. Yo no hago nada mas que mirarte, tu te quedas fijamente pensativo y te pregunto que pasa y me dices que nada, sigo fumando como si nada. Poco a poco el cigarro se consume, el tiempo juntos se esfuma sin que ninguno de los dos los podamos remediar. Entonces reaccionamos y nos damos cuenta de lo que estamos perdiendo, de que no podemos estar el uno sin hablar al otro, de lo que puede llegar a expresar una sola mirada. El cigarro se acabo se consumió completamente, pero ninguno de los dos queremos entrar a esa realidad de nuevo y decidimos quedarnos fuera esperando un poco, haciendo todo esto un poco mas llevadero y a la vez mas interesante. Decidimos entrar de nuevo con todos aquellos que nos acompañaban, yo decido no sentarme cerca tuya y me pongo justo enfrente así podre mirarte sin que sea descarado. Tu decides que mi estrategia no sirva de nada aguantas un poco enfrente de mi, pero decides levantarte y sentarte a mi lado porque ves que no estoy sonriendo como lo hacia fuera, cuando estábamos solos. Esta vez las cosas han cambiado, eres tu el que me pregunta que si me pasa algo y yo te respondo que no que son tonterías de una chica alocada de ciudad y tu me dices que no te engañe y yo me callo. Y en ese mismo instante me susurras al oído que me quieres y que no lo olvide, que siempre estarás ahí para todo lo que necesite. Y yo me quedo sin palabras y me abrazas ligeramente, yo me apoyo en tu pecho y la noche se disuelve poco a poco sin importar nada mas, tan solo que esta amistad es mucho mas que todo.