No quiero contarte una historia. No quiero decirte que los días son largos y las noches tortuosas. No quiero esperarte despierta, dando un respingo cada vez que creo oír tus llaves en la escalera. No quiero quedarme dormida llorando. No quiero darte la razón. Ni confesarte que no sé seguir. Que me estanqué en el día que vaciaste tus cajones y saliste por la puerta.
No quiero callarme. Quiero gritar. Y sacar todo esto de dentro. Dejarlo ir. No quiero, me niego, a dejarte marchar. No quiero olvidar ni dejar nada atrás. No quiero resignarme a caminar sola. Ni renunciar a los sueños que tuvimos juntos. Quiero que me cojas de la mano y tires de mí, como siempre hiciste.
No quiero ver cómo cambian las luces rojas del reloj minuto a minuto alargando una espera que no acabará nunca. No quiero perderte. Quiero tenerte aquí conmigo. Pasar mi brazo por tu cintura y juguetear con los dedos alrededor de tu ombligo. Donde siempre giré. Donde aún vivo.
No quiero dedicarme a existir. Ni vagar por la existencia de un mundo vacio. No quiero llegar a casa empapada sin unos brazos en los que refugiarme. Ni salir a la calle a tostarme al sol sin tus besos como protección. Sólo quiero que vengas aquí y te quedes para siempre. Como siempre soñé. Como debería haber sido…
Pero mire donde mire, desee lo que desee, sólo existe una noche más, oscura y solitaria. Como todas.
No quiero callarme. Quiero gritar. Y sacar todo esto de dentro. Dejarlo ir. No quiero, me niego, a dejarte marchar. No quiero olvidar ni dejar nada atrás. No quiero resignarme a caminar sola. Ni renunciar a los sueños que tuvimos juntos. Quiero que me cojas de la mano y tires de mí, como siempre hiciste.
No quiero ver cómo cambian las luces rojas del reloj minuto a minuto alargando una espera que no acabará nunca. No quiero perderte. Quiero tenerte aquí conmigo. Pasar mi brazo por tu cintura y juguetear con los dedos alrededor de tu ombligo. Donde siempre giré. Donde aún vivo.
No quiero dedicarme a existir. Ni vagar por la existencia de un mundo vacio. No quiero llegar a casa empapada sin unos brazos en los que refugiarme. Ni salir a la calle a tostarme al sol sin tus besos como protección. Sólo quiero que vengas aquí y te quedes para siempre. Como siempre soñé. Como debería haber sido…
Pero mire donde mire, desee lo que desee, sólo existe una noche más, oscura y solitaria. Como todas.